Muere la tarde
y amanecen los jazmines.
Carne de trino
se aletarga entre las hojas…
Es entonces cuando
vienen tus ojos negros
a horadar mi madrugada
de murmullos y de aromas.
Y el rojo
y el negro
copulan
en la danza horizontal.
Y fluyen
en estrellas.
Presiento el olor
de tu recuerdo.
Escucho el mínimo
señuelo de tus pasos.
Dibujo con los ojos
el borde de tu boca
en el espejo…
(no alcanzas a volver:
en un quiebre del tiempo
fugaste a otro
tiempo demorado.
Y el paisaje
es de arena.
O de sal.
O de silencio.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario