yo acuso
me acuso de desdén
por la alegría
durante dos décadas
y un lustro
de aburrimiento y
miedo
de pereza y pobreza
de cobardía y
fidelidad a los monstruos que aniquilan
toda primavera
de oscuridad y
grises multiplicados en brumas
y silencios
de soledades
multitudinarias
y de compañías
desoladas
de oportunidades
negadas al amor
a la libertad
al sol
a la lluvia y a la
magia
Me acuso de timidez
y conveniencia
de formalidad
obtusa
de legalidad
de pausa, prisa y
cronométricas costumbres
registradas en
agendas
de piel sin sangre
y sangre sin
manchas
y manchas sin dolor
y dolor sin
lágrimas
de lágrimas
y más lágrimas en
noches ovilladas
y tejidas otra vez
en mañanas idénticas
a otras mañanas
de ayer
y de mañana
de un amor con
culpa
y una culpa por
amor cuando el amor no sabe purgar
muertes voluntarias
Me acuso
de esta larga
desconfianza en los amaneceres nuevos
de este terror al
deseo
al horizonte y al
vuelo
a quebrar el
círculo antiguo oculto en el nido
a la migración del
alma y de los ojos y los besos
Me acuso
de sed en el
desierto
y de tanto abnegado
abandono
de mí
y de los otros
Silvia Piccoli – 5
de enero de 2016
Silvia Píccoli: ¡Absuelta!
ResponderEliminarMe animo a pronunciarme, no como un cazador de brujas, más bien como un humilde miembro de un tribunal popular (alguna fantasía de revolución siempre nos habita).
Absuelta está, esta chica que por años juntó palabras, en el alma o vaya a saber dónde, para tirarlas en 2016 a la cabeza como cascotazos que ojala algunos nos pegue. Pero que arroja también palabras fraguadas en balas hechas versos/besos, los más tiernos, los que reparan las heridas más inconcebibles.
Fernando Ledesma
Hermoso.
ResponderEliminarMuy bueno. Cuando tenemos el valor de brindar el alma, nace la poesía. ¡Felicitaciones!
ResponderEliminarMagnífico, amiga querida!
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