miércoles, 27 de marzo de 2013

Albur


Ya te fuiste.
Ya hizo el viento con tu estampa
lo que suele hacer con las dunas.

Habrá que confiar ahora
en que la lluvia
tizne de amalgama cada brizna de hierba
para que renazcas
en su carnadura.

Habrá que esperar que vuelvan
los halcones
a merodear las cimas
y las cigüeñas descansen en los campanarios.

Es posible que no haya
próxima vez,
que ésta sea la definitiva muerte.

Habrá que ver
si el amor
se atreve a esta partida.

Silvia Piccoli – Marzo de 2013

jueves, 14 de marzo de 2013

Campanario


Sólo cuando tañen dejan
de estar tan solas.
Y por eso tañen.

Frías y mudas,
todo lo ven y todo lo recuerdan

(todo lo vieron ya y lo verán mañana,
aun cuando el empedrado
y las novias
y las palomas sean
humo y viento).

Convocan y
destruyen la tarde susceptible.
Llaman a gloria cuando no existe gloria
y a difuntos
cada vez que a los vivos se les antoja
recordarlos.

Los ecos
ansiosos dibujan espirales
y nubes
en las que nadie anida,
y mueren en algún sitio conocido sólo
por esos seres  improbables
que una vez un hombre
quiso llamar ángeles.

Que callen las campanas:

ni muertos
ni liturgias
ni penitencias
ni esponsales
sustituyen el susurro imponderable
del silencio.

Silvia Piccoli – Marzo 2013

martes, 12 de marzo de 2013

esencia


ser desventura
ser eso que no puede desasirse de los sueños
ser sombra y anochecer y estrella
ser pluma y ser el viento

ser desnuda en tu memoria
ser viva y ser desierto
ser palabra que descubras enredada en las líneas de tu mano
ser tu piel y tu sed
ser la flor dormida entre tus papeles viejos

ser ausente, infatigable
ser flama y mar y tierra inundada por la lluvia pasajera
ser pájaro en tu huerto y ser misterio

ser lo que no soy
lo que no fui
lo que no quieras

ser yo para
ser tuya -y no.
y ser toda otra.
y no ser ésta

Silvia Piccoli – 12 marzo 2013