he ido
deshaciéndome de todo lo superfluo
viejos abrigos
polvo dormido en
los rincones
flores muertas
dentro de los libros
recuerdos demorados
ecos de voces que
ya no responden
delantales y
bibelots quebrados
cortinas amarillas
y retratos de desconocidos
he ido abriendo el
tiempo y los lugares
a la luz de un sol
recién inaugurado
al aire blando de
una mañana que no encuentra razón para la prisa
al bálsamo de
palabras que no espero
he cerrado
definitivamente los ojos
a los ayeres
a las ausencias
he abierto las
manos
los abrazos y las
sábanas
a todos los amores
que solamente amen
que no muerdan de
mí
más que los adioses
Silvia Piccoli – Enero 2016
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