lunes, 1 de octubre de 2012

altamar


me estoy yendo
y no hay indicios de tormenta

el muelle queda
atrás
tan dulcemente
y el cielo un eterno mar
y el mar
una promesa

un manto unánime
de peces
y de constelaciones

un abrigo sin prisa

el viento un pasajero oscuro
arrastra las historias de otros
navegantes malogrados
en fantasías y sirenas

pero lleva también
fragmentos y recuerdos

se derrama la soledad
en la espuma
entre las algas y la arena

(quien pudiera
ser barco para ir
y luego no ser
sino sólo la bruma
la sal
el viento
la partida…)

Silvia Piccoli – Octubre de 2012

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