me complace comprobar que nada queda
tantos días transitados a ciegas
tanta melodía en vano
tanta esperanza en vilo
vino de pronto
enredado todo en palabras equívocas
en besos fantasmales
en esquinas quietas
vino todo prometido en copas carmesíes
en versos clandestinos
en libros entrañables
vino
una primavera
y se fue un otoño manso
me complace saber
que la piel no recuerda porque la ausencia no ha dejado
huellas
viva estoy aquí
de pie en la intemperie
a sabiendas de que todo se fue
por allí
-ni sé por dónde-
y de que nada
queda
Silvia Piccoli – 15 enero 2014
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