Ritual del té
A mi madre
Sonará
la hora otra vez
como durante
siglos
y escucharé
tu voz
y volverán
tus pasos
y ese plenilunio ambarino
del fondo de tus ojos
en el fondo
translúcido
mágico
cerrado…
El aroma del té,
la tarde yéndose
en volutas
disipadas
entre pájaros
y tus manos
¡ay, madre, tus manos!
Si volviera
la hora
sería porcelana
y un sol adormeciéndose
despacio
el cielo un universo
de secretos
y espuma
de lapachos
y las dos
desmadejando sueños
de mujeres
desmadejando
luceros anticipados
y yo
no me iría de tus ojos,
ni el destino
nos apartaría así,
tanto…
Y sería la hora
del té
otra vez
detenida
dulcemente
a la vera de los años.
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